miércoles, 7 de febrero de 2018

Costeando por el sur

Contrastes...muchos contrastes en este sur, capaz de llenarte de paz y tranquilidad en su hermosa costa, como de vivir la sensación del auténtico caos de la ciudad.

En nuestro camino de Hikkaduwa hacia el sur, siempre en el tren que recorre toda la costa hasta la punta, nos encontramos con la mejor zona de surf en Sri Lanka, Midigama. En pocos lugares vamos a encontrar el relax que allí se respira, todo mucho más básico y barato que Hikkaduwa y con un potencial de surfing increíble.

Aquí nos enganchamos a la auténtica comida ceilanesa, en un restaurante familiar donde preparan auténticos platos a precios ridículos, para que se hagan una idea... un super platazo "rice & curry" que es para los dos porque es imposible comerlo uno sólo, con un zumo de piña natural y unos "rottys vegetales" (que son como empanadillas rellenas), viene saliendo unos 2'50 € al cambio y terminábamos a reventar. Allí nos pegamos 5 días de puro relax, surfeando a diario, descansando en la playa, poniéndonos moraos a papeo y disfrutando del entorno.

Yo surfeé los dos points más cercanos de dónde nos quedábamos; Midigama Left, una izquierda larguísima que a marea vacía tira buenas paredes y da bastante juego (aquí pillé las mejores olas), y al otro lado de la bahía esta Rams, un pico que lanza potentes olas sobre un reef afilado y poco profundo donde la derecha es más larga y la izquierda abre tubazo que suele terminar en el seco coral. Siempre aprovechando las mañanas, con menos gente y sin viento ya que a la tarde siempre entra la brisa. Algún baño de última hora me cuadró, pero la costa suele llenarse de locales a esa hora.

También pasamos por Unawatuna, quedándonos fuera de la ciudad, metidos en medio de la jungla, donde veíamos los monos jugar entre rama y rama, a la vez que una especie de lagartos gigantes se pasean a sus anchas, sin importarles mucho nuestra presencia, y es que aquí estamos en su cancha.

Aquí teníamos ganas de conocer una famosa playa llamada "Jungle Beach" que para llegar tienes que patear unos 40 minutos por un pequeño sendero rodeado de jungla. Al principio pensábamos que íbamos a estar casi solos, pero mientras nos acercábamos, notábamos como se juntaba muchísima gente local, de Sri Lanka, en un día a priori laboral, cosa que nos impresionó. Al llegar a la playa, nos la encontramos repleta de locales, bañándose a su manera y un agobio increíble ya que es una cala bien pequeña. Nos extraño mucho, pero es que resulta que aquí cada vez que es luna llena, es festivo nacional, se le llama el "Poya day" y dio la casualidad que llegábamos a ese recóndito lugar en día de luna llena, pura locura para ellos.

Como dije en el anterior post, no podíamos despedirnos de la costa de Sri Lanka sin nadar con las tortugas, y es que después de compartir tantísimos momentos con ellas mientras estoy surfeando, necesitábamos pasar un rato agradable nadando entre ellas.

Tras muchas recomendaciones, llegamos al lugar indicado para poder disfrutar junto a esta especie que tantas ganas teníamos de estar "face to face". En Dalawella Beach, existe una formación coralina llena de pasto para que ella pueda alimentarse, además formando un mar en calma donde por primera vez para nosotros dos pudimos nadar junto a este precioso animal. No sabríamos muy bien como describir la sensación...es muy auténtico, es una puta pasada. Son tan grandes, parecen tan robustas...y sin embargo pasan a tu lado nadando tranquilamente...es casi indescriptible, hay que vivirlo!!

A esta paz es a la que me refiero, contrastando mucho con la caótica ciudad de Matara, que fuimos a visitar y no aguantamos más de 4 horas en medio de su bullicio, sus calles abarrotadas, sus comerciantes y su suciedad...incluso nos volvimos sin comer, y es que con 4 horas tuvo la capacidad de quitarnos esa tranquilidad que llevamos tan dentro en este país.

Por último, y antes de partir hacia el centro de la isla, para conocer sus rincones más profundos y pasar algo de fresquete en sus montañas, fuimos a uno de los templos más curiosos y bonitos en los que hemos estado, rodeado de pura jungla y en un entorno donde se respira un aire diferente.

Ahora dejamos la ropa de playa y la tabla en Polhena, (obligatorio dejarla para poder viajar en bus público, ya que no te dejan subir con ella debido a que va siempre a rebozar de gente y es misión imposible) nuestro último alojamiento de la costa para adentrarnos unos diez días a conocer el interior.

Les dejamos con las imágenes y los vídeos.

Un saludo viajeros.




































1 comentario:

  1. Solo puedo decir una palabra: Guauuuuu
    Sigan disfrutando. Que experiencia más increíble y gracias por compartirla.
    Besitos a los dos y un fuerte abrazo a mi primita

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