viernes, 24 de febrero de 2012

Sur de Chile: VIII Región

Extremo. Esa es la mejor definición para la octava región chilena. El clima es super cambiante, las comunicaciones para llegar son complicadas y el mar está helado.

Para llegar hasta la costa tuve que cruzar la frontera Argentina-Chile con todo lo que ello implica: revisar toda la guagua, mochilas, control de pasaportes y a cambiar de moneda. Cruzamos atravesando la Patagonia y en ocho horas ya estaba en la primera parada chilena, Temuco. Mi objetivo era llegar a la costa, pero no sabía que me iba a suponer tanto lio, dándome cuenta que esta región no está preparada para el turismo. Las estaciones de guaguas están fuera de las ciudades y es un lio para hospedar.

Para llegar a la costa tuve que hacer dos escalas más, una en Concepción, donde tuve que hacer otra noche y otra en Quirihue, para, finalmente y tras dos días, llegar a la costa de Cobquecura, epicentro del terremoto-tsunami chileno en febrero de 2010. Llegué de amanecida y no creía que estaba en la costa, rodeado de cerros, frío, neblina y vacas por todos lados, hasta que escuché ruidos fortísimos similares al oleaje. Hacia allí me dirigí y encontré el mar, pero el ruido provenía de una lobería, unas rocas que los lobos marinos han hecho suya. Es un espectáculo ver como nadan y se suben a la roca, escuchando el sonido que hacen.

Me dispuse a caminar rumbo a playa La Rinconada, donde hay una punta y sale una buena izquierda. Está a unos 8 km. del pueblo, con el mochilón y la tabla, motivo más que suficiente para empezar a hacer dedo. La segunda camioneta paró y me alcanzó hasta la misma Rinconada. Allí no había nada, sólo la ola y una caleta pesquera. Para buscar alojamiento volví 1 km. donde divisé una pequeña aldea. Preguntando me decían que tenía que volver al pueblo para encontrar algo y tras varios intentos di con un caballero que me ofreció alquilarme una habitación que le sobraba en la aldea. La hospitalidad por su parte fue increíble, dándome más de lo que tenían y ayudándome en todo momento.

Me encontré con la sorpresa de que al ir a pagarle la primera noche me había quedado sin dinero y alejado de cualquier ciudad. En el pueblo a 8 km. había un cajero pero, por desgracia, no estaba preparado para extranjeros y tuve que volver a Quirihue para sacar plata.

A la tarde-noche fue a luquear la ola, y estaba entrando buena por lo que a la mañana siguiente tocaba madrugón para surfear La Rinconada. Hacía un frío terrible pero las ganas a surfear lo superaba todo. Me enfundé el 3/2 mm. y pa’l agua. A los 5 minutos me di cuenta porque la gente se tira con 4 mm. y sobretodo con botines, los pies se entumecen. Pude estar 1 hora y poco en el agua y salí porque los pies ya empezaban a helarse, pero pude agarrar buenas olas. A la mañana no hay gente en el agua, y cuando salgo empieza a llenarse el pico. Gracias que al volver, la señora siempre tenía la tetera hirviendo para servir y el desayuno en la mesa.

En la playa me encontré con las chicas que me trajeron en la camioneta el primer dia, y me invitaron a unas empanadas de marisco, unos tragos de melón-vino e incluso a la noche organizamos un asado. La verdad que llevaban la mejor onda y lo pasé increible gracias a Iveth, Camila, los pives, Chiri, Rosy y Jorge, compartiendo el melón-vino en la playa y el asado en su casa... bacán!!

Me da pena irme por como me han acogido en Cobquecura, tanto la familia como los colegas que hice, pero baja la fuerza y sigo rumbo al norte, playa a playa, donde me voy informando para surfear.

Me muevo haciendo dedo y rezando para no caminar demasiado ya que muchas veces te suben pero otras muchas llegas caminando al destino y no son cortas las distancias. Hacia Pullay me dirijo, 30 km. al norte, otra izquierda que entra con mucha frecuencia.

Les dejo con algunas fotos y vídeos de Cobquecura, su aldea y La Rinconada. Empieza el surf.
Un saludo viajeros.

(Ahora sigo por Pullay, llevo una semana, alejado de cualquier pueblo y sin comunicación, pero con un hospedaje inmejorable y con la punta de izquierda entrando buenísima. Me moveré en breve de Pullay, siempre rumbo al norte)

 Fotos (click en imagen para ampliar)










































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viernes, 17 de febrero de 2012

La Patagonia

Difícil de explicar la inmensidad de este lugar. Empecé en Villa La Angostura, en el hostal que lleva su mismo nombre, donde tuve la gran suerte de hacer grandes migas con Ariel, Fernando, Fabrizzio, Lionel...buenísima onda. Con ellos me moví por toda la Patagonia, sobretodo gracias a "La Chata" de Ariel que nos permitió llegar a los lugares más recógnitos  de este mágico lugar.

Toda esta zona fue la más afectada por el volcán chileno Puheyue, dejando todo bajo cenizas. Hoy día siguen las cenizas en suspensión, pero no todos los días, con tanta suerte que sólo me tocó sufrirla el primer dia. Luego cambió la dirección del viento y no vi más restos de la molesta ceniza volcánica.

El primer dia, al levantarme, no se veía nada, síntoma de que estábamos rodeados de ceniza. Hablando con los pives, nos zafamos y cogimos una bicicleta cada uno  y prendimos viaje para ir a un luga perdido, pasando por en medio del parque natural patagónico. Como no, nos perdimos en medio del bosque y tras unos 20 km. de sendero lleno de cenizas, vimos la ruta y la pudimos coger para volvernos. Triple ducha para volver de escala de grises a la normalidad.

Día siguiente todo había cambiado. La mañana despertó totalmente limpia y soleada, para quedarse así hasta el fin del viaje patagónico. Volvimos a coger la bicicleta, esta vez para ir al bosque de Arrayanes, donde se encuentra una especie de árbol único de la Patagonia y unos senderos para pedalear en bicicleta impresionantes. Al final del bosque nos esperaba un hermoso lago para darnos un bañito en sus gélidas aguas y disfrutar de la tarde en un paraje único.

La Ruta de los 7 Lagos fue impresionante. Tratar de explicarlo es complicado, viendo las fotos se pueden hacer una idea, para mí  es indescriptible, único en el mundo. Hay varias formas de recorrerla, una de ellas es caminando y acampando cada ciertos kilómetros, aunque este año no se puede porque no están habilitados los campings por culpa de las cenizas; en bicicleta haciendo sus 120 Km. de trayecto casi sin poder parar y disfrutar de sus lagos; o en coche como pude hacerlo yo con Ariel gracias a su "Chata". Estuvimos el dia entero para recorrerlo, parándonos en todos los lagos, e incluso bañándonos.

La Ruta termina en San Martin de los Andes, un bonito pueblo rodeado de montañas y lagos. Aquí fuimos a un lago llamado "La Islita" porque tiene una islita a unos 30 metros de nado desde donde puedes divisar la inmensidad de este lugar. Saqué altas fotos y videos tirándome al agua.

Por último, también pudimos ir hasta el parque nacional del Lanin. Es un volcán de 3.776 m. dentro de un paisaje impresionante. Allí cogimos un camino de Trekking que nos llevó a una cascada alucinante, pudiendo pasar por debajo de ella. En ese momento quedé paralizado, divisando la cascada, el parque nacional Lanin y al fondo el lago, sintiendo una paz inmensa.

A todo esto, sigo sin saber cómo explicar lo que he sentido estos dias por La Patagonia.

Ahora me voy a Chile, a un lugar donde no está muy claro como llegar, pero buscaré la forma. Es super tranquilo, al sur entre Concepción y Constitución, donde espero empezar a surfear algo, si la temperatura del agua me lo permite.

Les dejo los vídeos (al final del todo) y las fotos de La Patagonia, opinen ustedes mismos. Para ampliar las imágenes, siempre hacer click en una de ellas e ir pasándolas con la flecha.


Saludos viajeros. Muchas gracias por estar!!

Fotos (Click para ampliar e ir pasando)

















































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