sábado, 28 de enero de 2012

Punta del diablo / Montevideo

Me secuestraron, sí, literalmente, los dos grandes, Cato y Valentín, de Buenos Aires capital, me incitaron a cambiar de planes y llegué a Punta de Diablo con ellos, muy cerquita de la frontera con Brasil. En la guagua, encontramos a dos minitas copadas, Paula y Sole, y con ellas nos bajamos en la terminal, en medio de la nada. Enseguida nos damos cuenta que, con todos los bultos y bajo 30 grados, teníamos que patear muchísimo para llegar al centro y la zona de la playa, y allí empezar a buscar hostal, a caminar toca.

Aprovechamos tres días en Punta del Diablo con sus copadas playas increíbles, agua calentita y disfrutando del verano acá. Encontramos una playa alejada, que no va mucha gente, es retranquila y el bosque se perdía casi que en el mar.

La primera noche la pasamos rebien, tomando fernet con cola, que sin eso no sos argentino, y a mi me tienen como un porteño más. Para cenar tomamos el chivito uruguayo y salimos a dar una vuelta por el centro. En el hostal le pregunté a un surfero local y nos informa que pinta remal la previsión de olas por una semana mínimo y que se acerca la tormenta.

Tras saber eso, a los dos cabrones que tengo a mi lado se les copó la idea de seguir subiendo hasta Brasil, que teníamos donde hospedar en casa de familia. Tras el subidón brasileiro y con la idea total de ir, nos informamos. El ticket es muy caro y el trayecto va por 1 día mínimo hasta Floripa para quedarnos pocos días allá no salían las cuentas, por lo que fue un gran bajón.

El mal tiempo nos hizo emigrar y tirar a Montevideo donde ya había pasado la tormenta. Paula y Sole se volvían a Buenos Aires, donde quizás nos volvamos a encontrar. Cogemos la guagua hasta Montevideo, 5 horas de trayecto que las pasé durmiendo.

En Montevideo, llevo cuatro días y ya me la he pateado casi toda. Me gusta mucho las ramblas y la peatonal que tiene. El centro es un poco caótico y la playa es semi artificial, con una onda extraña. El hostal es una pasada, super barato y rebuena onda con brasileiros, argentinos, chilenos, franceses e incluso yankees. Siguiendo el ritual de siempre, haciendo buenas migas y compartiendo fernet, cerveza y mate. Una noche sacaron la mesa de ping-pong.... nada que decir al respecto jajaja.

Los boludos ya se fueron y llega gente nueva al hostal, aunque yo me voy mañana mismo hacia Buenos Aires, con lo que implica cambiar de país ( fronteras, pasaporte, pero sobretodo tener que cambiar la plata ) donde quizás me encuentre con gente que he conocido durante el viaje, y llegar a Mar del Plata para surfear con algo de suerte.

Les dejo con fotos de Punta del Diablo y algunas de la capital uruguaya, Montevideo. En breve ya estaré surfeando altas olas, aunque para ello debo llegar hasta Chile











































domingo, 22 de enero de 2012

La Pedrera!!

Acá llegué, tras resumidos vuelos, escalas y peajes, 12 horas de Madrid a Buenos Aires, y 3 horas de escala para salir a Montevideo. En Montevideo conseguí una guagua, comprando el ticket hasta la última parada por si bajaba antes ya que no tenía claro donde bajarme. La Pedrera era la útlima parada a unas 4 horas. Tuve la suerte que el acompañante del conductor sabía de surf y me recomendó que llegara hasta fin de trayecto que es donde está el mejor surfing y suele tener hostal para hospedar.

Al llegar, bajé en la principal, y con la tabla y 14 kilos a la espalda, me dispuse a encontrar hostal, y sin resultado tras 2 horas de búsqueda y viéndome bien jodido para dormir, dí con el lugar más copado de acá "El Tucán".

Nada más llegar y acomodar las cosas en la habitación compartida, tuve la suerte de conocer a Ezequiel, el porteño entre todos los porteños (de Buenos Aires, capital). Ya se hacía de noche y estaban reuniendo plata para comprar pizzas y cervezas para cenar todos juntos. La primera noche fue mágica, nos reunimos todos en el guincho a compartir mate y hablar de batallas sobre la vida y los viajes. La onda es increíble, sobretodo generó gran vibra dos paranaenses, de Entre Ríos, Brenda y Fernanda, Andrea de La Plata y Ezequiel que encabezaba toda la mesa. El mate me mantuvo toda la noche avivado, dando las 4 de la madrugada e imposible dormir, por la mateína.

Día siguiente, madrugué, tabla en mano, chaquetilla y para el agua a playa "El Barco". Lo pillé rebueno, según decían de los mejores días de todo el verano y casi sin gente gracias a la madrugada. Cuando salí, tras 3 horas de intenso surfing ya se estaba llenando de gente y metiéndose el viento.Hice buena vibra con locales de acá, sobretodo con uno que había estado por Lanzarote. Al salir, toca desayunar como un animal y descansar un poco tomando mate y charlando con los "boludos" recién levantados, planeando el día.

Las noches son espectaculares acá, mucha energía en la calle, grupos tocando, hippies vendiendo y cerveza rulando allá donde vayas. Cuando te acercas a la playa de noche es todo relax, luna de frente y constelación de estrellas, como nunca lo había visto, no saben como se ve la noche acá. Disfrutando de días de auténtica playa con calor pegando bien fuerte y disfrutando de una compañía recopada.

Me voy en breve, no tengo decidido donde, pero se comenta en el hostal que dos grandiosos que conocí ayer, Valentín y Cato, se mueven a Punta del Diablo, y como hice gran vibra con ellos, pues me cambiaron los planes, y en vez de bajar a a Montevideo, subo al norte de Uruguay....!

Les dejo con algunas fotos de "La Pedrera" de dónde me ha costado despedirme de la gente que ha dejado el hostal estos días, por la buena onda que hemos tenido. Momento de facebooks, emails, etc.