domingo, 18 de febrero de 2018

Las Tierras Altas!!

Tras bastantes horas de bús y una magnífica parada en Udawaluwe para hacer el safari, llegamos a tieras altas ceilanesas, en el centro del país, donde se encuentra su principal motor económico, sus más preciadas hierbas, el té de Ceilán. Aparte de grandes plantaciones de té, también disfrutamos de sus trekkings en montaña, cascadas, el escénico trayecto en tren... y su frío, y sí pasamos frío en Sri Lanka, a unos 2000 metros.

La primera parada la hicimos en Ella, a unos 1.100 metros de altura, un pueblecito que tiene una calle principal con todo lo necesario para que sea un punto de encuentro entre mochileros que van buscando algo de fresquito, buenas excursiones por sus preciosas montañas y mucho relax. Allí nos alojamos en casa de un local, que apenas sabía inglés, pero con gestos supimos explicarle que no salía agua de la ducha. Lo solucionó a la noche siguiente... sí, Sri Lanka style.

Nosotros nos pegamos dos buenas pateadas en lo que estuvimos allí. Fuimos al "little Adams peak" un camino por una montaña que a medida que avanzabas se iba poniendo compicado para llegar hasta su punto más alto, donde hay una piedra que da al vacío para la foto de rigor. Disfrutamos muchísimo del pateo... es un lujo las vistas que tiene. También llegamos al puente de nueve arcos, enorme y en medio de la jungla por donde pasa el famoso tren de las tierras altas.

Este viaje en tren es muy concurrido entre los turistas, ya que se puede apreciar toda la belleza del centro de la isla, sus grandes valles, abundante vegetación y sobre todo sus grandes plantaciones de té.

Si algún día piensan hacerlo, no vayan a comprar el ticket días antes, porque así sólo te reservan. A nosotros nos la quisieron meter doblada el primer día (fuimos a reservarlo para salir dos días después) y nos querían clavar 2000 R (unos 10 €). Tras la negativa, hablando con un chico nos comentó que podíamos comprar el billete el mismo día de salida sin reserva, y pagar lo que realmente cuesta, pero que podría ir lleno y no tener sitio (como si esto fuese algo nuevo en Sri Lanka). Madrugamos el mismo día para pillar las entradas y que no se agoten y en taquilla seguían queriendo hacernos la reserva por 2000 R, o teníamos que esperar media hora antes a que saliera el tren para comprar el ticket normal con el riesgo de que no esté completo (no creo que tengan manera de medir cuándo está completo). Ya mosqueados con la situación, pasamos de reservar y esperamos a comprar los billetes normales. Llegada la media hora antes de la salida del tren, pillamos los billetes, y además en tercera clase para que les jodiera un poquito más a 90 R (0'50 €), pese a la negativa del chico, mínimo quería enchufarnos segunda clase, pero se quedó con las ganas.

El recorrido en tren va de Ella a Kandy, aunque hicimos una parada en Nuwara Eliya, el sitio más alto y frío, donde se da la mejor hierba del té y se respira otro ambiente, más señorial, cómo si aquí fuese donde viven los más ricos del país. Aquí hicimos una caminata bonita entre los campos de té, viendo de primera mano como las mujeres recolectan las hojitas del té con sus sacos a la espalda, mientras los hombres las esperan para pesar los kilos que han recolectado y pagarles una miseria por este duro trabajo... una pena, pero así se consigue el que se dice que es uno de los mejores tés del mundo, el de Ceilán. La caminata nos llevó hasta una cascada, donde tuvimos que dar media vuelta y descansar para al día siguiente seguir el trayecto hasta Kandy.

Una vez en Kandy volvimos al caos, a la ciudad pequeña, masificada y ruidosa... al menos en esta habían increíbles pastelerías a buen precio e incluso algo que nos llamó muchísimo la atención, un centro comercial...en medio de esa ciudad, en Sri Lanka, es algo realmente fuera de lo normal.

Con esto nos vamos a una ciudad algo más al norte, Dambulla para una de las mejores vistas de Sri Lanka y decirle adiós a este gran país

Un saludo viajeros.



































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