Desierto Atacama: Portofino

Me monto a la guagua en Santiago, con el deseo de salir de la gran ciudad, 16 horas de camino por delante. Como siempre, me quedo dormido nada más tocar la guagua y al abrir los ojos y correr la cortina ya me encuentro en medio del desierto, de dunas gigantes, rodeado de arena y piedras por doquier, divisando en el horizonte el mar.

La parada es Chañaral, pasados 30 km. al norte de mi destino, Portofino. Al bajarme en Chañaral hice una compra para una semana de comida y agua ya que donde voy no hay nada y me puse a hacer dedo con todas mis pintas: mochilón, tabla y cuatro bolsas de compra. Demoré una hora haciendo dedo hasta que paró un camión enorme, de película yankie, con enorme morro, que venía del Perú y estaba cansado de conducir solo. Nos recogió a mí y a la "Flo", la única niña que vive en Portofino que me vió con la tabla en Chañaral y supuso que iba hacia su pueblo.

Al llegar a Portofino me encuentro con un pueblo mayor de lo que esperaba pero que ahora sólo quedan unas siete personas que viven en él porque es un pueblo de verano y cuando se acaba se convierte en fantasma. Me dirijo directamente donde me habían hablando unos amigos en Punta de Lobos, a la casa del "Chico Cristian", que me ayudaría en la estancia en pleno desierto, y vaya que si me ayudó. Me pegué dos semanas enteras en su casa, con tanta buena onda que no me cobró ni un peso. Para mi sorpresa, al llegar donde el "Chico Cristian", me vuelvo a encontrar con la pareja de españoles que me encontré en Punta de Lobos y fui yo quién les recomendó este lugar, pero no esperaba verles por allí.

En Portofino encontré lo que buscaba completamente, superando mis expectativas. Es un lugar desértico, con unas calas de agua turquesa lindísimas, la temperatura del agua muchísimo mejor y dos olas de máxima calidad; Portofino con su derecha larga y recogida y Villa Alegre tirando izquierdas perfectas con mucha fuerza y super verticales... indonésica, y todo esto SIN GENTE, mas que tres o cuatro personas en las horas puntas. También es un lugar perfecto para trotar, desierto adentro, escuchando tu propio pulso, las gaviotas y los pelícanos.

Aquí también conocí al italiano, Papo, con el que sigo viajando por el pleno desierto con la carpa, que ha vivido en Lanzarote y viene haciendo una ruta casi idéntica a la mia por Chile, surfeando de Sur a Norte, pero unos cinco días por detrás mía. Con él hice muy buena amistad, lleva la mejor onda y ha viajado muchísimo surfeando, así que también será un gran compañero de viaje. Madrugamos para la surfeada mañanera y nos organizamos perfecto para hacer las compras y preparar la comida. En Portofino no hay electricidad, por lo que no hay nevera, así que estuvimos dos semanas a pura pasta y arroz, pan, dulce de leche, algo de fruta y verduras. Alguna noche hicimos asados, aprovechando que alguien salía a la ciudad para comprar carne fresca.

Todas las noches nos reuníamos en casa del "Chico Cristian". Allí llegaban todos los personajes de Portofino, "El Tostao", "El Guatón", "El Mono", "El Náufrago".... y tomamos vino viendo alguna película o simplemente charlando. Un día que no hubo olas nos movimos al Parque Natural Pan de Azúcar, con el coche del "Mono" buscando alguna ola sin suerte, pero vistando lindas playas totalmente desérticas y vírgenes hasta llegar a una caleta de pescadores donde tuve la oportunidad de darle a los pelícanos las sobras del pescado... inmensos bichos... (vídeo)

Tras dos semanas en Portofino, el "Papo" y yo decidimos seguir adelante porque este lugar te atrapa y si no le pones fecha límite se te pueden pasar meses. Seguimos más al norte, a la ciudad de Antofagasta, donde nos tenemos que ver con un ilustre personaje de allí, el Pancho Gálvez, que es el que la lleva en Antofa. Suerte que al irnos salían hacia el norte una pareja de Portofino y nos alcanzaron hasta casi llegar a Antofagasta en su camioneta. Se juntan mi suerte y la del Papo que también ha tenido mucha durante su viaje. Ya me planteo lo de la suerte, son cosas del viaje, forman parte de él.

Imágenes valen más que mil palabras así que les dejo con las fotos y vídeos de lo increíble de este lugar, mágico y perfecto.

Un saludo viajeros.

Imágenes

 

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